Acá, cuando estacionas tu coche en la calle, hay que dejarlo enfilado conforme al flujo de la circulación. Es decir, si en una calle transito de norte a sur, debo estacionar mi Mazda en ese mismo sentido, no cruzarme del lado en la calle solo porque me resulta más cómodo. Está en contra del reglamento de tránsito aperrarse’ y estacionar en sentido contrario al flujo. Asumo es para mayor seguridad de la comunidad, para que no salga alguien estacionado en contrasentido y provoque un accidente. Si la patrulla encuentra un coche mal estacionado, levanta la infracción y tan tan.
Nunca he visto encabezados de periódicos que digan el que haya habido manifestaciones en contra de este reglamento. Vamos, nunca ha salido en CNN -ni menos en Fox News- alguna noticia donde hayan habido marchas para abolir esta regulación. Al poli de la patrulla tampoco hay manera de argumentarle ni de rogarle, “ándele oficial, sea malito… dos minutitos, entro y salgo, así tantito nomás”. Tampoco he visto videos de gente argumentando de que quien se estaciona conforme al reglamento sea un borrego del sistema, un llevado, ni que el obligarlos a estacionar así su coche, cuartee sus libertades y derechos humanos. No es la gran cosa, estacionar del lado correcto, son de esas acciones a las que te acostumbras y punto.
Lo mismo sucede con los letreros de ‘Alto’ colocados en cada esquina. Uno aprende a detenerse en cada intersección y san se acabo. Hace un par de años, a mi vecina la detuvo una patrulla que porque no se había frenado al cien por ciento ante un letrero de ‘Alto’, de que solo había reducido su velocidad. «La regué» me admitió mi vecina quien es un verdadero pan de Dios, «es de sentido común el detenerse por completo». En la CdMx por supuesto, los letreros de 'Alto' en las esquinas están escondidos detrás de las ramas de truenos, fresnos o bien, perdidos atrás de los diablitos. Vamos, está bien, porque en la CdMx los letreros de ‘Alto’, son meros objetos urbanos de decoración. Detenerse en cada esquina en la CdMx, como sugieren los oxidados letreros, provocaría no solo mentadas de madre del conductor que viene atrás, sino que también causaría accidentes de quienes saben que los letreros de ‘Alto’ en la CdMx son ornamentales. El bajarle a la velocidad en las esquinas, dirían los conductores chilangos, es de sentido común, pero detenerse por completo solo porque hay un letrero de ‘Alto’ que apenas se ve, es una reverenda estupidez.
A lo que voy es que usar el argumento de que algo es ‘sentido común’, es una necedad. Nada lo es. Todo lo es. Óptica. Lo que es de sentido común para ‘A’, no lo es para ‘B’, obvio. Como bien diría un amigo, a los Mexicas se les hacía de sentido común el sacrificar a sus enemigos extirpándoles el corazón en lo alto de las pirámides, para los conquistadores eso era una necedad, más sentido común era el quemar a los herejes en las hogueras. Enfoques.
Todo esto viene a colación por el tenista Djokovic quien a su parecer y de acuerdo al agudo criterio médico que le otorga el ser el tenista número uno del mundo, hombre con una movilidad y una destreza envidiable y quien mucha gente (no solo sus papás) asegura que es ‘un gran ser humano’, decidió que el no vacunarse en contra del Covid, era de sentido común. Sus razones tendrá, me queda claro. Las listara, las defenderá, las sustentará a fuerza de su top spin. No utilizará los mismos razonamientos que los cientos de doctores y científicos que concluyen lo contrario, pero de seguro algo sabrá de mas porque le pega requete sabroso a la pelota de tenis. Dirá que es de sentido común el no vacunarse, que solo somos los borregos del sistema quienes nos vacunamos, que él está exento a seguir las legislaciones locales porque diario come sus frutas y sus verduras y hace mucho ejercicio. Eso argumentará, supongo. Él es el pastor, nosotros los borregos.
Yo acá estaciono el coche con el flujo de la calle. Quizá sea yo un borrego, un arrastrado del sistema, pero me queda claro de que quienes redactaron la legislación de estacionar el coche conforme al flujo del tránsito, habrán estudiado causas de accidentes y decidieron eliminar por lo menos una de esas causas, y estoy convencido de que se adoptó esta regulación por el bien común, para la sana convivencia entre los vecinos y quienes estacionan sus coches en las calles. Los urbanistas habrán estudiado, visto estadísticas, llegado a una conclusión científica, sus conclusiones traducidas al reglamento de tránsito. Hasta que llegue una mejor solución, es lo mejor que tenemos. Es cómo funciona el método científico. Prueba y error.
Me encantaría poder hacer lo que se me hinchara en todos los aspectos de mi vida, pero tengo que convivir con mis vecinos.
Eso, y mi nivel tenístico deja mucho que desear.
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