Acá está difícil encontrar buenos tacos. Nomás ni dónde. Ni de pastor, ni de bistec, ni de lo que ustedes gusten.
Luego me preguntan, ¿qué es lo que más extrañas? Salivo, es mi primera reacción. Mero instinto, pues. Termino respondiendo: no pues, familia, amigos, porque pues hay que, ¿no? Pero visualizo una tardecita en La Lechuza, el aroma de las carnes al carbón, las cebollitas, todo impregnándose en la ropa para cuando se ofrezca una segunda vuelta.
O sea, taquerías, hay. Pero buenas, así como para repetir, ir más de dos veces, jijo. Y hemos buscado. Vaya que hemos buscado.
Luego, alguien de los del grupo se entera de una. Están buenísimos, dicen. El chisme corre, imaginen a Usain hambreado. Tienen unos pastor que te juro, del Charquito, juran. Cuál zopilotes, caemos. Golpea duro no ser bienvenido por el trompito del pastor. Eso acá no existe, ‘disposiciones gubernamentales’, asegura el clásico conocedor. Bueno, hay trompos, pero después de cortar la carne se tuesta sobre la plancha. Imagino un círculo en el infierno para esas malditas disposiciones gubernamentales.
El problema son las tortillas, dicen otros, la consistencia, el aroma. Peor son las ocurrencias del ‘taquero’ local: pastor en harina - cómo arrimarle un tubo a la Virgencita pa´q’ baile. Herejía.
Luego escuchamos de otros: esos sí son de deveras’, prometen, hasta tienen Sidrales. Allá vamos, acarreados prometidos torta. Habrá Sidrales, pero el bistec está gordo, el pastor seco, no hay comanda, ni quién ofrezca piña y menos verduras.
Los lugares en sí, son igual, del nabo. Peor con el Covid. Solo hay mesas allá afuera, nos avisan en uno. ‘Allá afuera’ son tres mesitas altas, tambaleantes. La única sombra la de un letrero que dice ‘No Parking’. ‘Allá afuera’ el calor es de radiador viejo. ‘Allá afuera’ el Sidral se convierte en caldo de manzana.
Ofrecen hamburguesas para el gringo desubicado, no hay licencia para chelas, no traen limones y las mentadas salsitas las ofrecen en mini-recipientes de plástico tamaño no mames ni para medio taco.
Jiro soñará con sushi, pero nuestros sueños son tacos al pastor, de bistec, un mesero preguntando, a ver mi buen ¿de qué le vamos preparando otro?
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