Estoy acá en una de las casas "cuidando" la chamba de los plomeros.
Lo que sucedió es que hace como tres semanas los inquilinos detectaron una fuga en la recámara principal, una pequeña humedad en el tapete.
En un principio, AnaP pensó que podía ser del ducto del aire acondicionado, pero Juan, nuestro técnico sinaloense experto en sistemas de aire acondicionado, le puso un bypass al sistema (“le ponemos una bomba, Miguel, y pum, tu nomás veras que va quedar rete machín la cosa”). Pero, a pesar del bypass, la humedad en el tapete se siguió extendiendo.
Así que con eso de que AnaP anda en Querétaro, tocó el venir a sentarme acá en la mesa del antecomedor de la casa mientras los plomeros hacen sus exploraciones profundas. Ya el plomero en jefe, Vincente, me previno que van a romper paredes, y en general, hacer un desmadre general para encontrar la fuga. Lo peor es que el inquilino siempre ha sido muy quisquilloso con el estado de nitidez de la casa, así que mucho me temo que se podría armar un San Quintín acá cuando llegue. Por el momento, los plomeros están allá afuera escavando hoyos en el jardín, mismo que el inquilino lo tenía muy bien cuidado.
La pareja de inquilinos que viven acá son profesores de escuela. AnaP cree que él es maestro de prepa y ella de primaria, pero no está muy segura. La cosa es que no pudieron estar aquí hoy en la mañana, así que me tocó venir a abrir la casa, a sentarme y hacer hora nalga. Ahora estoy sentado en el ante comedor, cuidando a que Nancy, una lindisima perrita ‘labradoodle’ que tiene cara de total inocencia, y a quien me “presentaron” la semana pasada cuando vinimos a checar AnaP y yo la mentada humedad, se quede encerrada en su jaulita y no intente escaparse. Conmigo aquí a su lado había estado muy tranquila, chance porque me olfateó cuando vine el otro día, pero ahora que entró el plomero, le gruñó.
Aparte de eso, nada emocionante que reportar el día de hoy. Los plomeros ya entraron a la recámara principal, descolgaron toda la ropa del inquilino del closet, y empezaron a romper paredes. Que los dioses de la plomería nos tengan piedad.
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